Juventud con Propósito: Fortaleciendo Nuestra Fe y Comunidad

Es un placer dirigirme a ustedes en este día tan especial. En medio de nuestras ocupadas vidas, quiero recordarles la importancia de nuestra fe y la comunidad que hemos formado aquí en nuestra iglesia. Ustedes, los jóvenes, son la esperanza y el futuro de nuestra congregación, y es esencial que comprendan el papel crucial que desempeñan en la edificación de nuestra fe y valores.

Primero, quiero animarles a seguir cultivando una relación personal con Dios. En un mundo lleno de distracciones y tentaciones, es vital que encuentren tiempo para orar, leer la Biblia y meditar en la Palabra de Dios. La oración no solo es una forma de comunicarse con nuestro Creador, sino también una fuente de fortaleza y guía en los momentos de incertidumbre. Recuerden las palabras de Jeremías 29:11: “Porque yo sé los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.

En segundo lugar, nunca subestimen el poder del servicio. Jesús nos enseñó a amar y servir a los demás, y hay innumerables formas en que pueden hacer una diferencia en sus comunidades. Ya sea a través de actos de bondad, voluntariado o simplemente siendo un buen amigo, su impacto puede ser enorme. Mateo 25:40 nos recuerda: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí”.

Además, quiero recordarles la importancia de la comunión. La comunidad de la iglesia no es solo un lugar para asistir los domingos, sino una familia en la que podemos apoyarnos mutuamente, compartir nuestras alegrías y tristezas, y crecer juntos en la fe. La comunión con otros creyentes es vital para nuestro crecimiento espiritual y emocional. Hebreos 10:24-25 nos insta a no dejar de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino a exhortarnos unos a otros.

Por último, pero no menos importante, sean luz en el mundo. Vivimos en tiempos donde los valores cristianos son desafiados constantemente, pero ustedes tienen la capacidad de brillar con la luz de Cristo en cada rincón que pisan. No tengan miedo de ser diferentes, de defender lo correcto y de ser un ejemplo de amor y rectitud. Jesús dijo en Mateo 5:14-16: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Así alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.

Queridos jóvenes, sigan firmes en su fe, sean valientes y nunca dejen de buscar a Dios en cada aspecto de sus vidas. Ustedes son amados, son importantes y tienen un propósito divino. ¡Que Dios los bendiga y los guíe siempre!

Con amor y bendiciones,